Pai es una pequeña ciudad-pueblo de menos de 2.300
habitantes que fue descubierto para los turistas en la década de los 80. En
aquel entonces se inició una gran industria turística destinada a los viajeros
más hippies donde músicos, pintores y otros artistas daban rienda suelta a su
creatividad embriagados por la belleza de su paisaje y por su ambiente bohemio
tan distendido. En 2005 unas grandes inundaciones devastaron Pai y tuvo que ser
reconstruido por completo. Después de aquello, sus habitantes temieron perder
el que había sido su principal fuente de ingresos durante más de 20 años. Sin
embargo, la población pudo rehacerse y
en un par de años Pai volvió a ser la meca de los viajeros y tailandeses más
“alternativos”, en busca de un tranquilo y encantador rincón en el bello norte
de Tailandia.
Joven músico tocando el "didjeridu" |
Pasando por uno de los puentes de bambú de Pai bajo la incesante lluvia... |
La vida en esta remota y pequeña población se limita a dos o
tres calles, que son las arterias principales del pueblo. Estas calles están
plagadas de restaurantes, bares, guest houses, tiendas de ropa y otros
productos artesanos (además de muchos turistas). Cada día, al caer la noche, la calle Chaisongkhram se cierra al tráfico para poder llenarse de
puestecitos callejeros de comida, artesanía, ropa...
Puesto callejero de brochetas de setas y bacon (buenísimas) |
En el pueblo se palpa un
ambiente sosegado pero a la vez muy lleno de vida y alegría. Sin duda, estar en
Pai, invita al viajero a conocer todos sus rincones dando largos paseos
repletos de distracciones de todo tipo pero sin sentir para nada el agobio de
zonas como la calle Khao San de Bangkok o los mercados y bazares nocturnos de
Chiang Mai (por el momento). Aquí la gente vive y deja vivir y eso es de
agradecer.
Pai, también alberga atractivos en sus alrededores. Hay unas
fuentes termales (Tha Pai) a unos 7
km de la ciudad, una cascada a 8 km, poblados de las etnia lahu y lisu, un pueblo del KTM (pueblo de refugiados Chinos) a unos
4 km y un templo budista a unos 2 km que alberga una imagen sagrada de buda,
entre otros. Nosotros íbamos a pasar un par de días en Pai con lo que decidimos
conocer bien la ciudad y visitar uno de los templos enclavado en lo alto de una
colina, el Wat Phra That Mae Yen.
La colina se hallaba a 1 km de Pai saliendo de la urbe por la calle Ratchadamnoen en dirección Este. El trayecto suponía pasar por una
pequeña aldea y subir 353 escalones hasta llegar al templo. También existe la
posibilidad de ir hasta arriba en coche o en moto pero pensamos que así
se pierde la oportunidad de exprimir
al máximo un buen momento que queremos que permanezca intacto en nuestro
recuerdo.
Durante el trayecto hasta el templo que se vislumbra a lo lejos. |
Entrada al templo. |
Una vez arriba, a pesar de que el mal tiempo que se había instalado desde hacía días en Pai no nos dejara disfrutar tanto del paisaje como debería, pudimos contemplar el bonito entorno en el que está
situado Pai; un extenso valle rodeado de exuberantes montañas y campos de arroz
y trigo.
Vistas de Pai desde lo alto de la colina. |
Subiendo los interminables escalones. |
Subiendo todavía aún más, por detrás del edificio que alberga a un
buda dorado tumbado, se sigue por un inclinado y estrecho camino de tierra
hasta llegar a una imponente imagen de buda de color blanco, que se muestra
pequeña y remota desde lo bajo del valle.
Óscar junto al buda reclinado. |
La gran estatua blanca de Buda en la cima de la colina. |
Sin duda, pensamos
que al principio de que se iniciara el turismo en Pai, a
principios de los 80, este pueblecito debió de ser uno de los mejores lugares en los que pasar
una temporada en Tailandia, incluso más que las islas. Debía de ser un lugar de
lo más genuino donde todavía se contemplara la bondad y la autenticidad de sus
gentes sin apenas ver mucha gente que no fuera de origen tailandés. Ahora, muy a nuestro pesar ya no es así; Pai
es un lugar cada vez más visitado por todo tipo de turistas internacionales,
muchos de ellos jóvenes en busca de juerga y
de drogas. Sin embargo, a pesar de ello, este pueblecito sigue sin
parecerse todavía a ninguna de las islas turísticas del sur de Tailandia aunque
tiempo al tiempo…
Hoy por hoy, la actividad turística no ha provocado la devastación
de su entorno natural aunque sí ha iniciado cierta degradación. Por ahora sigue
siendo un bonita y pequeña ciudad anclada en un valle rodeado de unas
majestuosas montañas y abrigado por el río Mae
Pai (Mae Nam Pai en Tailandés); se trata de una bellísima postal. Nosotros
esperamos que lleven a cabo una turismo sostenible de manera responsable tanto
los empresarios como los turistas si desean que Pai no termine por entrar “en
peligro de extinción”.
Esperando a la furgo a las 5 am. |
Nuestros dos días en Pai fueron suficientes para poder
disfrutar de su encantador ambiente. Debíamos poner rumbo hacia nuestra
penúltima parada en el norte de Tailandia. La ciudad más norteña de Tailandia, Chiang
Rai, nos esperaba bajo un cielo gris.
Aquí encontraréis nuestro vídeo-resumen: https://www.youtube.com/watch?v=tAX60naKABg
MÁS INFORMACIÓN…
Lo mejor: guest house alejada del bullicio nocturno con bonitos jardines.
Lo peor: soportar a los vecinos (cada casita contiene un par de habitaciones separadas por un fino muro) y el intenso olor a humedad.
- Brocheta de setas y bacon (puesto callejero): 10 THB (0,22 €).
- Cena en "Amidos's Pizza Garden": 480 THB (10'80 €).
Amido's Pizza Garden junto a No. 9@Pai (ambos recomendables) |
- Billetes furgo a Chiang Rai: 500 THB/persona (11'36 €).
* Los tramitamos en "AYA SERVICE" (Dirección: el 22/1 Moo 3 de la calle Chaisongkram de Pai). Tuvimos que comprar los billetes para realizar el trayecto en una furgo privada. Preguntamos a varias personas por un autobús o furgoneta pública hasta Chiang Rai pero todas nos contestaron que no existía (cosa que nos pareció muy rara...). El precio de los billetes nos pareció bastante abusivo en comparación con lo que veníamos pagando...
TÚ, YO Y EL MUNDO.
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