viernes, 14 de marzo de 2014

"DIARIO DE VIAJE 5: Pai"

Pai es una pequeña ciudad-pueblo de menos de 2.300 habitantes que fue descubierto para los turistas en la década de los 80. En aquel entonces se inició una gran industria turística destinada a los viajeros más hippies donde músicos, pintores y otros artistas daban rienda suelta a su creatividad embriagados por la belleza de su paisaje y por su ambiente bohemio tan distendido. En 2005 unas grandes inundaciones devastaron Pai y tuvo que ser reconstruido por completo. Después de aquello, sus habitantes temieron perder el que había sido su principal fuente de ingresos durante más de 20 años. Sin embargo,  la población pudo rehacerse y en un par de años Pai volvió a ser la meca de los viajeros y tailandeses más “alternativos”, en busca de un tranquilo y encantador rincón en el bello norte de Tailandia.

Joven músico tocando el "didjeridu"
Pasando por uno de los puentes de bambú de Pai bajo la incesante lluvia...
La vida en esta remota y pequeña población se limita a dos o tres calles, que son las arterias principales del pueblo. Estas calles están plagadas de restaurantes, bares, guest houses, tiendas de ropa y otros productos artesanos (además de muchos turistas). Cada día, al caer la  noche, la calle Chaisongkhram se cierra al tráfico para poder llenarse de puestecitos callejeros de comida, artesanía, ropa... 

Puesto callejero de brochetas de setas y bacon (buenísimas)

En el pueblo se palpa un ambiente sosegado pero a la vez muy lleno de vida y alegría. Sin duda, estar en Pai, invita al viajero a conocer todos sus rincones dando largos paseos repletos de distracciones de todo tipo pero sin sentir para nada el agobio de zonas como la calle Khao San de Bangkok o los mercados y bazares nocturnos de Chiang Mai (por el momento). Aquí la gente vive y deja vivir y eso es de agradecer.



Pai, también alberga atractivos en sus alrededores. Hay unas fuentes termales (Tha Pai) a unos 7 km de la ciudad, una cascada a 8 km, poblados de las etnia lahu y lisu, un pueblo del KTM (pueblo de refugiados Chinos) a unos 4 km y un templo budista a unos 2 km que alberga una imagen sagrada de buda, entre otros. Nosotros íbamos a pasar un par de días en Pai con lo que decidimos conocer bien la ciudad y visitar uno de los templos enclavado en lo alto de una colina, el Wat Phra That Mae Yen.  La colina se hallaba a 1 km de Pai saliendo de la urbe por la calle Ratchadamnoen en dirección  Este. El trayecto suponía pasar por una pequeña aldea y subir 353 escalones hasta llegar al templo. También existe la posibilidad de ir hasta arriba en coche o en moto pero pensamos que así se pierde la  oportunidad de exprimir al máximo un buen momento que queremos que permanezca intacto en nuestro recuerdo. 

Durante el trayecto hasta el templo que se vislumbra a lo lejos.


Entrada al templo.
Una vez arriba, a pesar de que el mal tiempo que se había instalado desde hacía días en Pai no nos dejara disfrutar tanto del paisaje como debería, pudimos contemplar el bonito entorno en el que está situado Pai; un extenso valle rodeado de exuberantes montañas y campos de arroz y trigo. 

Vistas de Pai desde lo alto de la colina.

Subiendo los interminables escalones.



Subiendo todavía aún más, por detrás del edificio que alberga a un buda dorado tumbado, se sigue por un inclinado y estrecho camino de tierra hasta llegar a una imponente imagen de buda de color blanco, que se muestra pequeña  y remota desde lo bajo del valle. 

Óscar junto al buda reclinado.


La gran estatua blanca de Buda en la cima de la colina.


Sin duda, pensamos que al principio de que se iniciara el turismo en Pai, a principios de los 80, este pueblecito debió de ser uno de los mejores lugares en los que pasar una temporada en Tailandia, incluso más que las islas. Debía de ser un lugar de lo más genuino donde todavía se contemplara la bondad y la autenticidad de sus gentes sin apenas ver mucha gente que no fuera de origen tailandés.  Ahora, muy a nuestro pesar ya no es así; Pai es un lugar cada vez más visitado por todo tipo de turistas internacionales, muchos de ellos jóvenes en busca de juerga y  de drogas. Sin embargo, a pesar de ello, este pueblecito sigue sin parecerse todavía a ninguna de las islas turísticas del sur de Tailandia aunque tiempo al tiempo…




Hoy por hoy, la actividad turística no ha provocado la devastación de su entorno natural aunque sí ha iniciado cierta degradación. Por ahora sigue siendo un bonita y pequeña ciudad anclada en un valle rodeado de unas majestuosas montañas y abrigado por el río Mae Pai  (Mae Nam Pai en Tailandés); se trata de una bellísima postal. Nosotros esperamos que lleven a cabo una turismo sostenible de manera responsable tanto los empresarios como los turistas si desean que Pai no termine por entrar “en peligro de extinción”.

Esperando a la furgo a las 5 am.

Nuestros dos días en Pai fueron suficientes para poder disfrutar de su encantador ambiente. Debíamos poner rumbo hacia nuestra penúltima parada en el norte de Tailandia. La ciudad más norteña de Tailandia, Chiang Rai, nos esperaba bajo un cielo gris.

Aquí encontraréis nuestro vídeo-resumen: https://www.youtube.com/watch?v=tAX60naKABg


MÁS INFORMACIÓN…


- Billete de furgo a Pai (desde Mae Hong Son): 150 THB/persona (casi 3'50 €)

- Noche hostal en "Tayai's Guest House": 400 THB (9 €).

Lo mejor: guest house alejada del bullicio nocturno con bonitos jardines. 

Lo peor: soportar a los vecinos (cada casita contiene un par de habitaciones separadas por un fino muro) y el intenso olor a humedad. 


- Brocheta de setas y bacon (puesto callejero): 10 THB (0,22 €).

- Cena en "Amidos's Pizza Garden": 480 THB (10'80 €). 


- Cena en "No. 9@Pai" : 285 THB (6'50 €).



Amido's Pizza Garden junto a No. 9@Pai (ambos recomendables)

- Billetes furgo a Chiang Rai: 500 THB/persona (11'36 €).

* Los tramitamos en "AYA SERVICE" (Dirección: el 22/1 Moo 3 de la calle Chaisongkram de Pai). Tuvimos que comprar los billetes para realizar el trayecto en una furgo privada. Preguntamos a varias personas por un autobús o furgoneta pública hasta Chiang Rai pero todas nos contestaron que no existía (cosa que nos pareció muy rara...). El precio de los billetes nos pareció bastante abusivo en comparación con lo que veníamos pagando...



TÚ, YO Y EL MUNDO. 


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