jueves, 24 de octubre de 2013

"REFLEXIONANDO: ¿Hay un nómada en ti?"

Creo que ésa es una de las preguntas que muchas personas se habrán hecho en su vida, de una manera u otra. "Yo", sin duda, creo que nací con "el gen del nomadismo". La predilección innata por aquello que implica abandonar un lugar en el que ya se permanecía desde hacía un tiempo para dirigirse a otro nunca antes visto, es algo que me acompaña desde pequeña. Una gran expectación, nerviosismo y un acentuado sentimiento de alegría van de la mano cuando mis ojos vislumbran un nuevo y, por el momento, extraño paisaje. La satisfacción que nace en mí en ese instante queda reflejada en mis ojos a modo de brillo estelar, un brillo que puede perdurar semanas.


Sin embargo, todo lo que una vez fue desconocido y nuevo para nosotros se transforma al cabo del tiempo en algo conocido y viejo repleto de desinterés si no nos esforzamos en cambiar la manera de ver las cosas. Muchos de nosotros detestamos ser veteranos en cuanto al conocimiento de un lugar se refiere ya que preferimos permanecer como unos asombrados e inexpertos forasteros que no llegan a conocerlo nunca todo, sino sólo una ínfima parte. Aborrecemos lo monótono, lo permanente, lo conocido, lo rutinario, lo tradicional. Si logramos engendrar esa manera distinta de ver los lugares que ya conocemos, conseguiremos lo que más deseamos los viajeros empedernidos: la oportunidad de seguir conociendo y aprendiendo de todos los lugares del mundo por muy pequeños que sean y por mucho que ya hayamos estado antes en ellos.


Si conseguimos introducir esa nueva visión en nuestras vidas, podremos seguir alimentando a nuestro carácter itinerante aunque sigamos caminando por las mismas sendas. Ésta es la manera de la que realmente deberíamos viajar. Significaría que siempre podríamos estar "viajando" a pesar de que no nos trasladáramos físicamente a lugares tan alejados ni tan diferentes.


Un mismo lugar no tiene por qué implicar la aniquilación de nuestro anhelo de descubrir nuevos paisajes, nuevos rincones, nuevos sentimientos, nuevos olores, nuevas sensaciones, nuevas emociones...si nosotros hacemos lo posible para evitarlo. Nosotros vivimos en una isla pequeña que nunca deja de sorprendernos. Siempre hacemos algo que no hemos hecho antes, visitamos un lugar en el que nunca hemos estado, vemos un atardecer que jamás hemos contemplado, compartimos momentos nuevos, únicos e irrepetibles aunque estemos en el mismo sitio. Esto hace que nuestro espíritu nómada no tenga por qué sucumbir al abandono y que podamos llevar de mejor manera nuestro afán por trasladarnos a nuevos mundos continuamente.


Sin embargo, a pesar de conseguir engendrar esa forma de ver las cosas, en nuestro interior, lo que más nos seguirá moviendo hacía la complacencia de nuestro corazón viajero, es el alejarnos hacia destinos lejanos, que desprenden luz y autenticidad, cultura y misticismo, libertad y pasión, y que son inimaginables incluso en nuestros sueños.


"Los nómadas" irremediablemente querremos abandonar aquello que ya conocemos y el lugar en el que llevamos tiempo anclados, para poder adentramos en la búsqueda de lo verdaderamente desconocido. Así es como actuamos para embriagarnos de la más pura inquietud salvaje que tanto aviva a nuestra alma errante, que tanto alimenta a nuestra curiosidad y que tanto enriquece a nuestra mente; aquella inquietud que nos enrojece aún más nuestro corazón.


Huimos sin titubear y sin detenernos hacia ese nuevo horizonte que complacerá a nuestro indómito espíritu viajero. Es entonces, cuando lo hallamos, cuando nos sentimos unos seres inmensamente afortunados y, es ése, el momento en el que nos damos cuenta de que ya nada podrá truncar nuestro anhelo de querer vivir al límite viajando y de viajar queriendo vivir al límite.


Yo no creo que deje de ser viajera a pesar de cuan arduo y sacrificado pueda ser el camino para lograrlo. Cada persona tiene un sueño, o dos, o tres pero lo que verdaderamente importa no es cuántos sean ni cuáles sean sino plantearte qué es lo que vas a poner de tu parte para poder hacerlos realidad. Arriésgate y esfuérzate a que tus sueños abandonen ese lado onírico y se trasladen al real. Sólo allí los podrás vivir por ti mismo."Yo" haré todo lo posible para cumplir el mio y espero que "Tú" siempre me acompañes en él. Compartimos un gran sueño y, lo que es más importante, nuestro "Mundo".


No hay sueño ni mundo sin ti.






"Tú, Yo Y El Mundo" 

1 comentario:

  1. Muchas gracias al blog por las recomendaciones de viajes a otros países impresionantes, por otro lado me gustaría comentarles que he podido encontrar la forma del Tramite de Visa Americana, llevo bastante años ahorrando para poder viajar y conocer ese hermoso país.

    ResponderEliminar